la multiplicidad de la violencia monógama

por wuwei (natàlia)

en català aquí.

Aviso de contenido: violencia monógama,apropiación, exclusión, consumo, invisibilización, borrado, agresiones físicas y verbales, técnicas de dominación y manipulación, violencia institucional y estructural, estereotipos, discriminación

Querer hablar de violencia monógama es complicado ya que, por un lado, primero tenemos que conseguir poder hablar de la monogamia como estructura de poder (no tanto solamente como un recuento de número de relaciones de pareja y/o sexuales), y a la vez también tenemos que hablar de la violencia de una forma más amplia que no sólo de agresiones físicas o verbales. La violencia simbólica, por ejemplo,es también un tipo de violencia, que coloca a quien la recibe en una posición vulnerable respecto a otres; una posición que puede acabar también afectando en muchos ámbitos: el económico, el emocional, el mental y la salud de forma general.

La dificultad de hablar de la violencia que genera la monogamia parte del hecho de que no funciona de la misma manera que la mayoría de las estructuras y por esto muy a menudo, incluso dentro de la complejidad de hablar sobre estructuras, esta es difícil de mostrar. La mayoría de estructuras tienen un grupo privilegiado que cumple unas características(por ejemplo, los hombres, las cisgénero, les blanques, les delgades, etc) y un grupo oprimido con otras características (por ejemplo, les no heterosexuales,les neurodivergentes, les trans, etc). La violencia en estas estructuras se acostumbraría a producir desde el grupo privilegiado hacia el grupo oprimido deformas múltiples (muchas veces no resulta simple hacer esta separación totalmente binaria, y puede ser mucho más complejo que esto, pero para que nos entendamos ahora podemos simplificar el funcionamiento así). La diferencia (ylo que lo complica también más) es que en la monogamia los grupos de privilegiades y oprimides no son fáciles de dibujar o describir y, de hecho se generan diferentes tipos de grupos de opresores y oprimides, diferentes ejes.

La primera vez que intentamos entrever la monogamia como una estructura de poder solemos ver como grupo privilegiado a las personas monógamas (entendidas como las personas que tienen prácticas monógamas, que solamente están abiertas a tener una relación de pareja y sexual) y a les oprimides como aquelles que practican no-monogamias (aquí habría un abanico muy amplio de filosofías relacionales y no todas se verían afectadas por este eje de la misma manera). Aunque evidentemente existe una mala imagen de las prácticas no monógamas y una cierta discriminación e impedimentos estructural ese institucionales y, por tanto, existe el privilegio hacia aquelles que practican la monogamia, la estructura monógama es mucho más compleja y genera privilegios y opresiones de muchas más maneras.

Por ejemplo, yendo más allá de esto, Na Pai apuntó en su texto “Desmuntant la cultura de la monogàmia” que en esta estructura de poder las mismas personas que oprimían eran oprimidas: le opresore y le oprimide eran les componentes de la pareja que por el hecho de “poseerse” le une a le otre se oprimían mutuamente. Este es otro eje diferente al planteado anteriormente y también una forma de funcionar y de violentar de la monogamia, y un planteamiento que me ayudó un poco más y mejor a entender la monogamia como estructura de poder. No obstante, estos planteamientos también seguía faltándoles alguna cosa que no permitía entrever algunas violencias que salen de la monogamia y de nuestra forma de estructurar relaciones, como por ejemplo la amatonormatividad, que borra relaciones fuera de la pareja e invisibiliza violencias que van más allá de la pareja.

Le autore del texto «Lo contrario al amor es la amistad» fue absolutamente genial señalando la amistad como alteridad de la pareja y, por tanto, mostró un eje donde se podía ver a esta alteridad como agredida y oprimida por las jerarquías relacionales que colocaban a la pareja en una posición privilegiada. Esto fue para mí un punto de inflexión en la profundización para entender todo este entramado estructural. Aquel cambio a la hora de ver los estados de oprimide y opresore en la estructura monógama me hizo dar cuenta de que la violencia que la monogamia ejercía era mucho más compleja, y me ayudó a entender muchas violencias invisibles que llevaba padeciendo desde hacía años.

Por lo tanto, podríamos destacar tres ejes diferentes de opressores/oprimides por la estructura monógama: el eje prácticas monógamas/prácticas no monógamas, el eje componente de la pareja/componente de la pareja, y finalmente el eje pareja/amistad (o resto de relaciones). Cada uno de estos ejes expresaría la violencia ejercida de formas diferentes. Me gustaría en este texto poder empezar a poner nombre a algunas de estas violencias, aunque no pretender profundizar mucho, al menos por ahora. Lo que haré, por tanto, es dar algunas ideas superficiales sobre cómo creo yo que se expresa cada una de estas violencias en cada uno de estos ejes.

En cuanto a la violencia monógama que vivimos las personas con prácticas no monógamas,esta suele ser, por una parte, institucional:imposibilidad para acceder a muchos de los privilegios que tiene la estructura monógama que se obtiene con el matrimonio, o derivados como la pareja de hecho, como son aspectos económicos o aspectos legales sobre la crianza, o bien también permisos para vivir y trabajar. También se puede expresar a través de cómo se suelen distribuir los espacios pensados para parejas monógamas (las distribuciones, por ejemplo, de los pisos, suele centrar las relaciones en un tipo de familia nuclear). Por otro lado, también existe un tipo de discriminación a través de la asignación de un tipo de imaginario social negativo (como estereotipos) sobre las personas con prácticas no monógamas: portadoras de ITS, personas con las que no se puede confiar, que no se comprometen,inestables, inmaduras, etc (de hecho se parecen mucho a los estereotipos asignados también a las personas bisexuales). Este tipo de imaginario social es un tipo de violencia simbólica que no se tiene que minimizar, pues puede producir problemas de salud mental, así como también dificultades para encontrar trabajo o perder el trabajo o relaciones afectivas (en el caso de que se salga del armario). No obstante, no afecta igual a todes, ya que por ejemplo las mujeres podrían padecer una carga mucho más violenta cuando se ven asociadas a todo este imaginario, y los hombres no se verían tan afectados ya que las prácticas no monógamas les son más aceptadas socialmente; o bien las bisexuales que ya tenemos esta carga de estereotipos, o bien las personas racializadas que también han sido señaladas a través de la mirada europea blanca como personas de culturas promiscuas y no monógamas. O sea, al ser una estructura de poder, se tiene que tener en cuenta también la intersección con otras estructuras y que no afecta a todes de la misma manera.

Como comentaba anteriormente, les componentes de la pareja pueden ejercerse mutuamente también un tipo de violencia monógama.La pareja, como construcción social que favorecía especialmente a los hombres para apropiarse de las mujeres, parte del concepto de propiedad. La apropiación genera dentro de la misma pareja desempoderamiento, explotación y falta de autonomía. Estos mecanismos acaban generando violencia de muchos tipos: desde agresiones físicas(llegando a asesinatos, especialmente feminicidios), control y vigilancia,exigencias y apoderamiento sobre el cuerpo, mente y emociones de le otre,violencia verbal, manipulación, técnicas de dominación para que no puedas compartir con otras personas, pasando por generación de relaciones de poder(llamadas comúnmente “relaciones de dependencia”), favoreciendo también problemas de salud (especialmente mental). Aunque normalmente la apropiación seda más en un sentido que en otro (sobre todo por parte del hombre hacia la mujer), se puede acabar generando también cierta violencia monógama por parte de las dos hacia las dos en diferentes grados según muchos otros ejes (la transversalidad e interseccionalidad otra vez).

Finalmente, el tipo de violencia que se acaba ejerciendo desde la pareja hacia el resto de relaciones externas a la pareja, las “alteridades”, también es otro tipo de violencia monógama. Esta, se expresa más como invisibilización y borrado debido a que el reconocimiento relacional está centralizado en la pareja (o parejas principales) y, por tanto, se borra el de las demás relaciones (que no sean familiares). Las relaciones fuera de la pareja acaban siendo invisibles, no reconocidas, aquellas que quedan en los márgenes de los cuidados, el tiempo, oel ser tenidas en cuenta; son las relaciones que reciben normalmente las consecuencias de las jerarquías de las relaciones. Estas relaciones también acaban cayendo en el consumo, especialmente por parte de las dos componentes dela pareja, la explotación debido a la invisibilización de lo que se obtiene de elles sin no devolverlo a cambio. Ejemplos de este tipo de violencia son que no se reconozca la relación, que se estereotipe la propia relación con expresiones como le “otre”, o le “amante” (conceptos que marcan una “alteridad”), o que seles recuerda que “sólo” son amistades (colocándolas en una posición donde no puedan pedir nada si lo necesitan), o bien que intenten demostrar que no eres nadie para que no se enfade la pareja de la persona con quien tienes una relación o que no se te escuche cuando estás intentando expresar algún tipo de incomodidad sobre la relación y que se prioricen siempre los problemas de otra persona, sean cuales sean, sin tener sensibilidad contextual y del momento. También se expresa como exclusión de todes aquelles que no encajamos con los cánones corporales, emocionales o mentales (gordes, feas, con menos carisma,neurodivergentes, con diversidades funcionales o discapacitades, etc).

Se podría decir, por tanto, que la violencia monógama, y la monogamia como estructura de poder, funciona de formas muy múltiples, no solamente por las diversas formas que tiene de expresarse, sino también por la diversidad de ejes que presenta. Por tanto, se pueden entrever violencias en un abanico muy amplio, que pasa desde la discriminación por el hecho de tener prácticas no monógamas, pasando por la violencia de la posesión de la pareja, acabando por el consumo, borrado e invisibilización de las personas fuera de las parejas principales.

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