por wuwei (natàlia)
en català aquí.
Segunda parte. El mes de Abril de 2016 se celebraron las I Jornadas Desorientadas en Madrid. En esas jornadas di una charla sobre monosexismo, su discurso y de como se ha construído este discurso. El audio de la charla lo tenéis aquí (aviso de contenido del audio: lenguaje cisexista e intersexfóbico debido a estar explicando el discurso médico entorno a las orientaciones). Esta es la segunda parte. La primera la podéis leer aquí, la tercera aquí, la cuarta aquí, la quinta aquí y la sexta aquí.
Ciencia moderna occidental y positivismo
Las estructuras de poder son construidas por la cultura, aunque no solamente son expresadas a través de la simbología o el lenguaje, sino también a través de lo que llamamos ciencia.
La ciencia (moderna occidental) es considerada normalmente como un trabajo ‘objetivo’ que hacen unas personas que nos hacemos llamar ‘científicas’. El positivismo es precisamente esto, es la forma en la que se supone por defecto que funciona la ciencia: dice que somos observadores externes sin influencias sociales de ningún tipo que podemos ver, entender, la realidad exactamente como es. Este punto de vista es, para mí, irreal.
Observar, es una forma de leer, está influido por nuestra lengua, nuestra cultura, por las estructuras que llevamos a cuestas. Incluso, escogemos los objetos de estudio basándonos en parámetros culturales. Además, también observaré las cosas que se correspondan con un cierto interés a los proyectos que tengo, a lo que quiero llegar, a los intereses, ya no solo sociales o políticos, sino también económicos. La observación neutra es una ficción, y la objetividad no es absoluta, sino relativa a una cultura, y a una interacción entre la persona que observa y el objeto observado.
La ciencia al usar la cultura para observar, definir, interpretar, está en realidad llena de metáforas. Metáforas, son, por ejemplo, cuando a lo largo de la historia de la biología celular se ha explicado la unión del óvulo y el espermatozoide a través de estereotipos asignados como femeninos y masculinos. Por ejemplo, llamar a los espermatozoides como ‘armas’ o ‘pretendientes’ que ‘luchan’, y van a buscar al óvulo contra corriente, donde este espera ‘pasivamente’ y atrae a un montón de ellos, donde parece que finalmente solo uno consigue ‘fertilizar’ al óvulo, donde este a la vez ‘cierra las puertas’ a otros ‘pretendientes’. Y quien no vea la carga social aquí es que está inmerse en el total positivismo.
Lo que al principio son metáforas, cargas culturales, cuando pasan a ser aceptadas y respaldadas pasan a verse como ‘racionalidades’ u ‘objetividades’. Por tanto, lo que llamamos ‘racionalidad científica’ es un concepto abstracto que no hace más que volver a escribir la historia de las ciencias vista por los vencedores. ¿Y quién son los vencedores? ¿Quiénes son los que escogen lo que se acepta o no en ciencia? Las clases dominantes. Esas personas que ya de por sí mismas están en una posición de privilegio respecto las estructuras de poder. La ciencia, la racionalidad científica, está escrita por el hombre cis hetero blanco sin diversidad funcional de clase media/alta. Estos son los vencedores. Eso no quiere decir que las personas que hacen ciencia seamos todas hombres cis hetero blancos etc etc, sino que lo que se acepta y lo que no, pasa por este filtro del privilegio. Y, al final, los estudios, las conclusiones, que perduran, que se aceptan, son aquellos que encajan mejor en las estructuras, que ayudan a sustentarlas o que provienen de ella.
Y me gustaría hacer un pequeño apunte: si en ciencia ha habido cosas que han cambiado y han roto con esas descripciones privilegiadas ha sido gracias a activistas, que muches o algunes de elles también eran y son científiques. Con esto quiero recalcar que el gran trabajo y valor del activismo y de nuestras posiciones políticas desde la opresión han conseguido estos cambios. Porque por sí sola la ciencia no lo ha hecho.
La ciencia moderna, por tanto, está unida a la representación del mundo propia del individuo que se siente exterior a lo que le rodea, a la vez que trata de explotarlo y dominarlo. Esa es en buena parte la ideología que hay detrás de la ciencia moderna. Este manto de ‘racionalidad’, ‘objetividad’ y ‘neutralidad’ es una forma de enmascarar la ideología que existe detrás de lo científico, proclamando así su saber exento de ideologías y que merezca de esta forma que se le tenga en cuenta de manera privilegiada para resolver problemas.
Natural/cultural
Y, algo que está muy relacionado con el tema de la ciencia, es el binario natural/cultural, porque es un binario que se usa constantemente para reforzar estructuras, que además utiliza la ciencia, al mismo tiempo que la ciencia lo utiliza a éste.
Desde nuestro punto de vista occidental, lo natural es visto y usado como algo que no puede cambiar, como lo inmutable, y que solo se puede cambiar a través de nuestra fuerza de conquista, de dominación. Por tanto, la naturaleza se verá como algo que no se elige, exenta totalmente de un juicio moral por no poder elegirse, pero sí vista a forzarse a través de la técnica y a poderse ‘corregir’.
Por otro lado, la cultura es vista como algo que puede cambiar, pero donde la elección es importante. Eres tú quien escoge comportarte de una forma o comportarte de otra. Y someterse a las normas culturales tiene un peso en cuanto a la elección. Tienes que elegir, y tienes que elegir bien. Y aun así, el verte como alguien que puede (libremente) escoger también es visto como algo negativo, porque lo cultural no te dice que puedes escoger lo que quieras, sino que debes escoger lo correcto.
Lo primitivo, por eso, es visto como ligado a la naturaleza que no está dominada por lo cultural y por tanto no sometido al proceso obligatorio de la ‘buena’ elección. Lo evolucionado, será visto como una naturaleza culturalizada, superior y avanzada, dominada, donde se ha ejercido un poder de elección moral.
El binario natural/cultural es un binario que se usa mucho para reforzar estructuras. Y es un juego muy peligroso. Si tú usas la naturaleza para excusar un comportamiento, o sea considerar algo como ‘natural’ para hablar de un comportamiento, pueden pasar dos cosas. Si lo que quieres excusar es considerado socialmente negativo automáticamente lo pasarás por el molde de la corrección (eso es lo que ha pasado, por ejemplo con la homosexualidad, que se vio una enfermedad a curar), pero si es algo socialmente aceptado automáticamente lo naturalizarás y lo reforzarás (esto es lo que pasa con los comportamientos machistas). Solamente lo que esté aceptado culturalmente como lo correcto saldrá bien parado en todo este lío.
Yo me posiciono bastante con la idea de que el binario cultural/natural es un binario ficticio. Si más no, ¿por qué lo cultural no es natural si existimos culturalmente EN la naturaleza? Este binario, esta diferenciación, proviene de la misma visión del individuo separado de su entorno y que ve lo que le rodea externo a él, poniéndose siempre en una posición jerárquicamente superior. Toda producción cultural es natural y la naturaleza no es inmutable. Natural/cultural no es un binario, es interacción. Es intraacción. Es una relación entre cosas, sujetos, objetos, observadores, que interactúan dentro de sí misma.